Los pasteles de boda

“Una fiesta sin pastel es simplemente una reunión” Julia Child

La torta de boda es por cierto uno de los símbolos que más recuerda el día de la boda. De cualquier tipo y tamaño, sabor y color, este pastel es cada vez más una parte integral del diseño matrimonial.

Tradicionalmente el pastel de boda se sirve al final de la comida, para desear lo mejor para la nueva pareja. Una manera sabrosa y suntuosa de terminar la celebración.
Esta tradición tiene orígenes muy antiguos, desde los antiguos griegos, que amasaban este dulce con miel y harina, los famosos plakuntes o pemmata.
Los antiguos cónyuges romanos, por otra parte, durante las festividades solían romper el pan para compartirlo con los otros comensales.

Más tarde, con la llegada de los primeros pasteles de boda, con masas siempre muy simples, el novio solía desmenuzar el pastel en la cabeza de la novia como un buen deseo. Éstos eran también pasteles de miel porque el azúcar era un «descubrimiento» del año mil, importado de los mercados indios.
Sólo en la Edad Media nació el pastel de varios pisos, reuniendo panes y galletas traídos por los invitados y luego cubiertos con manteca de cerdo, a modo de glaseado, para mantenerlos juntos.

Hoy en día los pasteleros más hábiles son capaces de hacer pasteles de boda de todas las formas y tamaños, todo depende del número de invitados y de las “dimensión” de la ceremonia. Dos, tres, a veces hasta cinco pisos de pastel de bizcocho, glaseado, merengue y pasta de azúcar para deleitar el paladar de los huéspedes, concluyendo el día de fiesta de manera muy dulce.
Más y más novias optan por el cake design, el arte de la decoración de pasteles, o sea dulces creaciones escultóricas adornadas con fondant, pasta de azúcar o mazapán para dar un toque artístico a los más renombrados de los dulces.

Una tradición, la de decorar las tartas para terminar la comida, que ya estaba extendida en Francia en el siglo IX.
Desde el 1840, con la introducción de bicarbonato de sodio y de hornos a temperatura controlada, que permitió preparar pasteles mucho más rápido, esta técnica se extendió por toda Europa.

¡Hoy el cake design es irrenunciable para muchas bodas!

Muy popular, para las novias que optan por un estilo shabby-chic, son los pasteles naked o semi-naked. Sin cobertura exterior, las capas bizcocho se ven entre las capas de relleno y cascadas de flores y de fruta fresca.
¡Cuidado con los colores! Deben recordar absolutamente el tema del matrimonio.

Si se apunta a la originalidad, una buena idea podría ser personalizar un pastel tradicional, como la tarta de frutas o el milhojas, en tamaño gigante.

Confía en tu planificador de boda y déjate aconsejar sobre las mejores pastelerías en tu área. Degustar las diversas combinaciones también será una ocasión de distracción … así como un desgarro en la regla para la dieta!
¡Pero es por una justa causa!

Por último, la tendencia más reciente de los Estados Unidos: el Candy Bar!
Un buffet de dulces y caramelos.

Este rincón tendrá que sorprender, entonces ¿por qué no adornarlo con macarons multicolor, bombones de frutas y mini pasteles que recuerdan el pastel de boda?
Y para deleitar incluso a los más pequeños, dulces gomosos, chupa-chupa y chocolates.

Un placer para la vista y para el paladar!

Eleonora e Veronica Ferrante